Un día después de haber asegurado que ni siquiera Almunia se cree
que puede ser presidente del Gobierno, Cuevas se mostró sorprendido
por la repercusión que han tenido sus comentarios, subrayó que no
se arrepiente de sus afirmaciones y expresó su convicción de que
«Almunia no se lo ha tomado mal», porque «fueron una intervenciones
muy agradables y corteses». Las declaraciones del presidente de la
patronal fueron criticadas con dureza por numerosos dirigentes
socialistas, a los que se unieron los sindicatos UGT y Comisiones
Obreras y el candidato de Izquierda Unida, Francisco Frutos. En
apoyo de Cuevas, en cambio, salieron varios miembros del Gobierno y
los principales dirigentes del Partido Popular, que justificaron la
actitud del presidente de la CEOE y criticaron a Almunia por acudir
a un almuerzo con empresarios y no ser capaz de explicarles su
programa electoral y el acuerdo alcanzado con Izquierda Unida.
La réplica más dura la tuvo Cuevas en las palabras del principal
aludido. Joaquín Almunia reprochó al presidente de la CEOE que ayer
actuara como «votante y uno de los apoyos del señor Aznar», le
recordó que no es otra cosa que «un viejo verticalista convertido
en funcionario de la patronal» y concluyó que Cuevas «nunca ha sido
empresario, nunca ha creado riqueza, nunca ha arriesgado su dinero
y nunca ha invertido ni ha prestado servicios a los
ciudadanos».
Tras manifestar que se alegra de que Cuevas no le apoye, aseguró
haberse sentido acompañado de «prácticamente todos los que estaban
en aquella sala, salvo de algunos pocos que son de la misma
profesión que el señor Cuevas».
En la misma línea que Almunia se expresaron numerosos dirigentes
del PSOE que, desde primera hora de la mañana, arremetieron contra
Cuevas y le reprocharon la «grosería» que cometió con el candidato
socialista.
Así, Bono dijo que «la grosería de Cuevas le dio votos a Almunia
y le quitó estatura política» al presidente de la CEOE, y agregó
que la «acusación de Cuevas, o sea, la patronal, es una exageración
ineducada». Cipriá Ciscar afirmó que Cuevas «es un burócrata de la
Administración que tiene que ponerse al servicio de quien está, de
Aznar». En contraste con la reacción de los socialistas, varios
miembros del Gobierno de Aznar y dirigentes del PP justificaron las
críticas de Cuevas y responsabilizaron de la «escena» a Almunia por
no haber explicado su programa en su almuerzo con los
empresarios.
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