En su primer comunicado tras la ruptura de la tregua, ETA asegura
que con esa decisión pretendió mostrar su «voluntad de superar el
conflicto armado que mantiene Euskal Herria con España y Francia y
de avanzar hacia un marco jurídico-político nuevo y democrático».
Señala, además, que «las fuerzas armadas, económicas, políticas,
jurídicas y mediáticas» españolas y francesas «no han cejado en su
postura opresora».
Asimismo, considera que la «cerrazón irracional» de los estados
español y francés, por un lado, y la «falta de valentía y decisión»
del PNV y EA, por otro, son el principal impedimento al proceso de
paz en el País Vasco.
Por ello, considera que la clave para superar la actual
situación es que «PNV y EA dejen a un lado la tibieza y el temor
que muestran ante la más mínima 'confrontación democrática con
España', rompan claramente con la dependencia que muestran hacia
Madrid y asuman una visión democrática que tenga en cuenta a toda
Euskal Herria».
Además de asegurar que no pide a PNV y EA «nada que pueda
solucionarse en una semana, «sino un compromiso y pasos claros en
favor de un proceso concreto, decisorio y democrático que lleve a
Euskal Herria a ser dueña de su futuro», subraya que las dos
formaciones nacionalistas «en lugar de trabajar por unas elecciones
libres y democráticas en Euskal Herria, prefieren participar en los
comicios y en el reparto de ventajas partidistas en España».
ETA realiza también en el comunicado duras críticas al
lehendakari Juan José Ibarretxe y al presidente de la Comunidad
Navarra, Miguel Sanz. Del primero apunta que se ha olvidado que
ocupa su cargo «gracias a la ayuda de la izquierda abertzale», así
como que mantiene una «postura desvergonzada hacia ésta, haciendo
el papel de 'policía bueno' de comisarías y cuartelillos», a la vez
que le acusa de «obstáculo» en la «reconstrucción de Euskal
Herria». En cuanto a Sanz, le considera un «leal heredero de la
Inquisición y la censura franquista».
ETA reivindica también los atentados que costaron la vida el
pasado 21 de enero en Madrid al teniente coronel Pedro Antonio
Blanco y al socialista Fernando Buesa y a su escolta Jorge Díez
Elorza el 22 de febrero. Reivindica también como suyas las dos
furgonetas «cargadas con 940 y 740 kilos de explosivos»
interceptadas por la Guardia Civil en Calatayud el 20 de diciembre
del pasado año, así como el robo de material "«acción de
abastecimiento», en palabras de ETA" para fabricar matrículas el 18
de noviembre en Eibar.
En cuanto al asesinato de Fernando Buesa, ETA lo justifica
apuntando que «defender la 'democracia española' bajo la protección
de las fuerzas armadas españolas cuando la democracia vasca está
prohibida y la defensa de Euskal Herria se castiga con la cárcel y
la muerte nunca será legítimo». Acusa además a Fernando Buesa de
haber sustentado su carrera política «en el odio y la opresión a
Euskal Herria» y de oponerse «a cualquier salida negociada al
conflicto».
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