Aznar ofreció ayer una primera y amplia comparecencia, tras las elecciones del domingo, al finalizar el Consejo.

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José María Aznar explicó que de lo que se trata es de ofrecer acuerdos de colaboración con grupos que no son estrictamente necesarios para el ejercicio del gobierno. Para ello, mantendrá encuentros tanto con CiU como con CC, pero no con el PNV mientras que los nacionalistas vascos se mantengan en Estella.

«Mi situación es de mayoría absoluta», sentenció, y explicó que no es él quien debe ponerse en contacto con otras fuerzas políticas, dejando así, la pelota en el tejado de los nacionalistas catalanes y canarios para una posible colaboración con su gobierno. Aznar ofreció a CiU y a CC la «oportunidad» de colaborar y buscar puntos de encuentro con estos partidos, que definió como «no estrictamente necesarios para el ejercicio de la gobernabilidad». «No estamos ante una oferta de diálogo para formar Gobierno», sino que explicó que de lo que se trata es de que sus antiguos socios "a excepción del PNV" definan el grado de compromiso al que están dispuestos a llegar. La oferta sólo tiene un límite: el programa del PP.

«¿Dónde está el límite? En la coherencia de un proyecto, la buena marcha de las iniciativas», explicó e insistió en que, pese a que su voluntad es la de mantener una actitud dialogante, son «otros» los que tienen que decidir el «grado de compromiso». «Los límites de los compromisos no los voy a marcar yo».

Aznar insistió en su oferta de diálogo con todos los partidos y sindicatos, pero no con el PNV mientras esté en el pacto de Estella, porque «es radicalmente incompatible con la búsqueda de la paz». Así, explicó que, en su opinión, el PNV se ha equivocado «mucho en muy poco tiempo», por lo que les instó a salir de Lizarra. A su juicio, los ciudadanos vascos han dado un «mensaje claro» en las pasadas elecciones. Consideró que, tras los resultados obtenidos por el PP el 12 de marzo, en el País Vasco se ha refrendado una alternativa de futuro.