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El secretario general del PSOE en funciones, Joaquín Almunia, asumió ayer personalmente ante el Comité Federal toda la responsabilidad de lo ocurrido en el partido en la pasada legislatura hasta la derrota del 12 de marzo e incluso reveló que su mayor error fue no haber mantenido la dimisión cuando perdió las elecciones primarias ante José Borrell en 1998. La última intervención de Almunia como secretario general desató una cerrada ovación.

Según informaron fuentes del Comité Federal, Almunia quiso dejar claro en todo momento que la responsabilidad de lo ocurrido en los últimos tres años es suya como secretario general y que no debía mirarse al resto de miembros de la Ejecutiva Federal ni a Felipe González, a quien cree que no se puede considerar un secretario general en la sombra pues se ha enterado de algunas decisiones importantes después que los demás y que sólo ha opinado cuando se le ha pedido consejo. Almunia empleó la primera persona del singular y se identificó como «el único responsable».

Indicó que su mayor error fue no mantener la dimisión que presentó cuando perdió las elecciones primarias frente a José Borrell y que, por tanto, cuestionó su posterior nominación como candidato socialista a la Presidencia del Gobierno. No obstante, dijo haberse sentido respaldado por todos los sectores del partido en estos años. A su juicio, hay que reconocer al Partido Popular el acierto de que en sus cuatro años de Gobierno no ha creado rechazo en la sociedad y ha aprovechado la bonanza económica internacional, frente a lo cual el PSOE no fue capaz de hacer creíble un discurso alternativo y de oposición, pues ha estado más enfrascado en la vida interna del partido.

Al igual que al día siguiente de las elecciones, Almunia insistió en que el acuerdo alcanzado con Izquierda Unida no ha afectado al resultado de los comicios, pues dijo estar convencido de que el PSOE no perdió ni ganó votos con ese pacto.

Admitió que su dimisión irrevocable la misma noche de los comicios ha creado turbulencias en el partido, pero no en el nivel que él mismo se esperaba. En su opinión, el nivel del debate interno de los últimos días parece azuzado por «otras instancias».