El presidente del Gobierno en funciones, José María Aznar, y el
máximo dirigente de la CEOE, José María Cuevas, coincidieron ayer
en la necesidad de dar un nuevo impulso al diálogo social con el
objetivo de seguir creando puestos de trabajo lo más estables
posibles. Cuevas, que se entrevistó durante una hora y diez minutos
con Aznar en el Palacio de la Moncloa, invitó a los sindicatos a
reanudar 'cuanto antes' las negociaciones para profundizar en la
reforma del mercado de trabajo emprendida en 1997.
Tras su reunión con Aznar, Cuevas afirmó que las tres
prioridades de la patronal en la nueva etapa de diálogo social
serán flexibilizar la organización del trabajo, reducir los costes
laborales para las empresas y mejorar la formación de los
trabajadores. El portavoz del Gobierno y ministro de Industria en
funciones, Josep Piqué, manifestó que la prioridad del nuevo
diálogo social será modificar la organización del tiempo de
trabajo, aunque reconoció que sindicatos y patronal discrepan sobre
la mejor manera de hacerlo.
Mientras que las centrales sindicales pretenden hacerlo mediante
la reducción de la semana a 35 horas, explicó Piqué, la CEOE se
decanta por una «flexibilización sin constreñimiento, algo
compartido por el Gobierno».
Cuevas dijo que la CEOE defenderá en su diálogo con los
sindicatos la necesidad de rebajar las cotizaciones sociales y las
indemnizaciones por despido para aproximar ambas a la media europea
e incrementar la competitividad de las empresas españolas. Según el
máximo dirigente de la CEOE, el éxito del contrato indefinido
creado por la reforma laboral de 1997 se debe precisamente a la
mayor flexibilidad en el despido y a la rebaja de las cotizaciones
a la Seguridad Social.
Cuevas hizo hincapié, sin embargo, en que la rebaja del coste
del despido no es una prioridad de los empresarios españoles porque
éstos «no están dedicados a despedir, sino a contratar».
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