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El Gobierno, los partidos políticos democráticos y las fuerzas sociales condenaron ayer el atentado que costó la vida del periodista José Luis López de la Calle como un brutal y bárbaro ataque contra la libertad de expresión, que obliga, según el ministro del Interior, «a dar un paso adelante». Los Reyes, de visita en Cádiz, enviaron dos telegramas de condolencia a la familia del fallecido y al director de El Mundo, en el que colaboraba desde hace seis años López de la Calle.

El presidente del Gobierno, José María Aznar, de viaje privado este fin de semana en Marruecos, envió también sendos telegramas a la familia, al periódico y al Foro de Ermua, del que el fallecido era un activo militante. Aznar expresa en ellos su dolor por el asesinato y su solidaridad y afecto con la familia del fallecido, al que describe como «un defensor de la libertad de expresión y de la paz».

El ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, que se desplazó a Andoain junto al vicepresidente primero del Gobierno, Mariano Rajoy, y la ministra de Educación, Pilar del Castillo, aseguró que el asesinato «obliga a dar un paso adelante a todos los que creemos en la libertad, que es lo que está en juego en el País Vasco». López de la Calle fue descrito por Mayor Oreja como «un referente profundo de la democracia», ya que estuvo en la cárcel durante el franquismo, y ahora se había rebelado «una vez más contra ese viejo, decadente y cruel régimen del terror que preconiza ETA.