La recién designada ministra de Sanidad, Celia Villalobos, no
empieza con buen pie. Una de sus primeras decisiones, el
nombramiento de un asesor, ha sido ampliamente criticada. PSOE, IU
y CiU consideran que Ramiro Rivera representa «la línea dura del
partido». Una opinión similar manifestó la Federación de
Asociaciones para la Defensa para la Sanidad Pública, que asegura
que Rivera ha estado sancionado por la justicia por desviar
enfermos al ámbito privado para su lucro personal. Además, los
partidos políticos criticaron la decisión de Villalobos de
potenciar los medicamentos genéricos para continuar con el ahorro
farmacéutico.
Los portavoces de los tres partidos políticos interpretan el
nombramiento de Rivera como la confirmación de la línea dura del
PP, porque «defiende la sanidad privada por encima de la pública y
considera que el sector privado es la solución a los problemas que
todos los ciudadanos tienen cuando se enfrentan a cualquier
enfermedad».
En opinión de la portavoz socialista, Matilde Valentín, este
nombramiento revela que el PP «quiere quitarse la careta que ha
mantenido durante la legislatura pasada de indecisión permanente,
ante la presión social y la necesidad de los votos de otros grupos
parlamentarios». Por su parte, la Federación de Asociaciones en
Defensa de la Sanidad Pública, considera que el nombramiento es un
error grave de la ministra, porque Rivero fue sancionado por la
justicia, «al desviar enfermos al ámbito privado para su lucro
personal».
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