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El ministro de Interior, Jaime Mayor Oreja, aseguró ayer que ETA hace un «flaco favor» al PNV y a EA retándolos a que acepten sus condiciones para acabar con la lucha armada. El PNV, por su parte, advirtió que no se puede fiar de que no sea otra tregua-trampa y pidió a ETA que desaparezca en lugar de «lanzar órdagos» a los nacionalistas. El Gobierno vasco reclamó a la banda armada que escuche la voluntad mayoritaria del pueblo vasco y deje de matar».

El partido que lidera Arzalluz replicó agriamente al comunicado de ETA, al que calificó de «inadmisible» por el «tono y las maneras» que utiliza. Iñaki Anasagasti resaltó que el PNV no se puede fiar de que ésta no sea una «propuesta trampa», después de que la propia banda armada admitiera, «dando la razón a Oreja», que el alto el fuego había sido una tregua-trampa.

Anasagasti expresó su sorpresa porque ETA, que es quien ejercita la violencia, «culpabilice a partidos democráticos, como PNV y EA de romper la tregua». «Eso es el colmo de los colmos». En este sentido, instó a ETA a que deje de «lanzar órdagos» y tome la iniciativa, tal y como hizo el IRA, dejando en manos de los partidos políticos la resolución del conflicto. A su juicio, es EH la que tiene que debatir los temas políticos. Sin embargo, no fue optimista ante esta perspectiva, porque las declaraciones de Otegi son cada vez «más extremas». Entretanto, el portavoz del PNV, Joseba Egibar, acusó a ETA de «autoengañarse» para justificar ante su mundo la vuelta a las armas ejerciendo un «nuevo ejercicio de escapismo». Consideró, además, que el mensaje de ETA se alimenta de un «código impositivo», ya que hablan de una «misión de liberación» dando «la espalda a lo que la sociedad demanda», al tiempo que sitúan el fin de la violencia como consecuencia de una «transacción política» cuando saben, dijo, que todos los proyectos de construcción nacional pasan por la ausencia de violencia.

El secretario de Organización de EA, Rafa Larreina, aclaró que su formación «no admite lecciones de soberanismo e independencia de ETA», y advirtió a los terroristas que a quien corresponde hacer propuestas de nuevos marcos jurídico-políticos es a los partidos políticos.

Desde el Gobierno vasco, su portavoz, Josu Jon Imaz, reclamó a ETA que escuche la voluntad mayoritaria del pueblo vasco y deje de matar. Afirmó que le hubiera gustado que la banda reflexionara sobre lo que dijo en septiembre de 1998, de que «el «tiempo de ETA había pasado». Reconoció que, «desgraciadamente esto no ha sido así», por lo que la entrevista publicada ayer aporta «pocas novedades».