El ex jefe militar de ETA, José Javier Arizcuren Ruiz, «Kantauri»,
admitió ayer su papel en la organización del atentado frustrado
contra el Rey en Palma, en 1995, y negó que su compañera, Conchita
Iglesias, actuara de enlace con el comando que debía ejecutar el
plan. Iglesias fue juzgada ayer por el Tribunal Correccional de
París, dentro del sumario por el intento de atentado contra el Rey,
por el que ya fue condenada en rebeldía a seis años de cárcel,
acusada de haber servido de enlace.
En particular, fue sentenciada por haber entregado en Mallorca
al comando dos millones de pesetas para pagar una avería producida
en el velero en el que los tres etarras se trasladaron desde
Antibes a Balears. «Cometí un grave error al pedirle (a Conchita
Iglesias) que entregara el dinero al comando sin explicarle nada.
Ella en ningún momento supo de qué se trataba», subrayó «Kantauri»,
que declaró como testigo en el juicio contra la madre de su hijo,
Julen, de cuatro años y medio.
El Tribunal Correccional de París la ha vuelto a juzgar porque
la condenada recusó la pena tras ser detenida el pasado 2 de
febrero en Tarnos (suroeste de Francia) junto a Juan Carlos
Iglesias Chouzas, «Gadafi», supuesto ex responsable del «comando
Vizcaya» de ETA. «Desde que comenzamos nuestra relación» con
Iglesias, de 33 años y nacionalidad francesa, «quedó muy claro que
ella no quería ser miembro de ETA», indicó ayer «Kantauri».
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