El presidente del Gobierno, José María Aznar, se reunió por
separado con el presidente de la CEOE, José María Cuevas, y los
líderes de UGT y CC OO, Cándido Méndez y José María Fidalgo, para
reanudar el proceso del diálogo social con el objetivo del pleno
empleo. Los objetivos planteados por el Ejecutivo para esta nueva
etapa de diálogo social pasan por el aprovechamiento del
crecimiento económico para mejorar el mercado laboral «con más y
mejor empleo», así como la protección social, asuntos en los que
tanto sindicatos como patronal se han mostrado de acuerdo, aunque
no han coincidido ni el calendario ni en los instrumentos para
alcanzarlos.
El ministro de Trabajo, Juan Carlos Aparicio, opinó que el
proceso para alcanzar acuerdos en la nueva etapa de diálogo social
es «siempre difícil», pero subrayó que «hay expectativas para
lograr acuerdos». CC OO y UGT aunque prevén dificultades coinciden
en que «hay voluntad de superarlas», mientras que para Cuevas, el
clima es incluso mejor que en 1997, por lo que apuntó que «me
gustaría que se alcanzaran acuerdos este año», extremo sobre el que
los sindicatos discreparon, ya que, según Fidalgo «sería
desalentador querer agotar la negociación en dos meses debido a que
los objetivos son muy ambiciosos y repercuten en la sociedad».
El Ejecutivo pide acuerdos «sabiendo que hay calendarios
importantes, que no son sólo los presupuestos generales del Estado
sino también la presentación de los planes de empleo» en mayo ante
la Comisión Europea, precisó Aparicio, quien añadió que si no hay
acuerdos «el Gobierno no permanecerá impasible». Aparicio admitió
«dificultades», en concreto, incentivos para reducir la jornada
laboral como vía para crear empleo, como proponen los sindicatos, y
reiteró que «el Gobierno no es partidario de hacerlo por ley, ya
que debe negociarse en cada sector».
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