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Unos desconocidos atacaron la pasada madrugada con artefactos explosivos cuatro oficinas de trabajo temporal de Barcelona. Dos de los artefactos estallaron causando daños materiales en los edificios, mientras que los otros dos fueron desactivados. Según las primeras investigaciones, la polícia baraja la hipótesis de que el ataque sea obra de los Grapo.

La primera explosión se registró sobre las 4.40 horas en una ETT situada en el número 244 de la calle Casanova de Barcelona, mientras que el segundo artefacto estalló sobre las 5 horas en la oficina situada en el número 161 de la calle Llacuna. En ninguno de los dos hubo heridos. El equipo Tedax de desactivación de explosivos del Cuerpo Nacional de Policia logró desactivar un tercer artefacto que fue colocado en una ETT situada en el número 200 de la calle Gran Vía, mientras que a primera hora de la mañana neutralizaba el cuarto artefacto, que fue colocado en el número 282 de la calle Aribau.

La Asociación de Empresas de Trabajo Temporal (AETT) expresó su rechazo a los actos de violencia, al considerar que constituyen un «atentado al libre ejercicio de una actividad económica lícita, así como un chantaje emocional a los miles de trabajadores de este tipo de empresas». La AETT, a través de un comunicado, atribuyó estos incidentes a «los estados de opinión que crean quienes rechazan esta actividad económica legal en función de sus prejuicios». No obstante, añadió que «nada justifica» estos actos «porque existen y funcionan los cauces habituales de una sociedad democrática para dirimir y discutir las discrepancias».

Los sindicatos mayoritarios de Catalunya, se sumaron a la condena de estos actos de violencia. El secretario general de UGT, Josep María Alvarez, calificó de «intolerable» el ataque, porque nunca está justificada ni tolerada la violencia, ya que «hay suficientes mecanismos para que la gente pueda poner sobre la mesa sus desacuerdos con las ETT's».