El modelo propuesto por Villalobos es similar al que se aplica en Alemania.

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Según la titular de Sanidad hay que preguntarse si es justo que un parado cobra 80.000 pesetas al mes con dos hijos tenga que pagar lo mismo por los medicamentos que un pensionista que recibe una pensión mensual de 250.000 pesetas. No obstante, Villalbos aseguró que «en ningún caso se verá afectado el nivel adquisitivo de los pensionistas», aludiendo a las informaciones publicadas la semana pasada en medios de comunicación, relativas a las medidas liberalizadoras que está barajando el Gobierno en materia sanitaria. En cualquier caso, la ministra aseguró que esta posibilidad de copago está siendo estudiada únicamente a nivel de su departamento, y que será transmitida a las comunidades autónomas, en el marco del Consejo Interterritorial.

El anuncio despertó la opinión favorable de IU y de la Federación Empresarial de Farmacéuticos, que se mostraron a favor de encontrar un sistema que evite desigualdades. Según Angeles Maestro, secretaria de Sanidad de IU, manifestó su conformidad con la medida «si se trata de que los parados no paguen, tal y como proponía IU en su programa». Para Maestro, la financiación tiene que venir a través de la fiscalidad, gravando más a los que más tienen, «que son las empresas y la banca, y no a los pensionistas que además están enfermos».

A pesar de todo, confió en que el Gobierno no tome una decisión de ese calibre en verano, en plenas vacaciones, «aprovechando la falta de respuesta de la gente». En el mismo sentido se pronunció la portavoz de Sanidad en el Congreso, Marisa Castro, que cree que el actual modelo es de por sí injusto porque «trata de la misma manera a las rentas más altas y las más bajas», ya que todo el mundo a excepción de los pensionistas paga el 45 por ciento de los fármacos. La portavoz de Sanidad del Grupo Socialista en el Congreso, Matilde Valentín, pidió a Villalobos que «haga una propuesta seria» y no se lancen más «globos sonda» sobre medidas referidas a la política farmacéutica.