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El secretario de Estado de la Seguridad Social, Gerardo Camps, señaló ayer que la incorporación de la mujer al mercado de trabajo «lleva a una reflexión» sobre el concepto de las prestaciones por viudedad y orfandad.

Al término de su comparecencia ante la Comisión no permanente del Pacto de Toledo, Camps recalcó que es «razonable» revisar esas pensiones para adecuarlas a la nueva realidad social, siempre y cuando todos los grupos políticos y sociales coincidan en ello. No es la primera vez que desde el Gobierno, así como desde otros partidos y sindicatos, se menciona el retoque de las pensiones de viudedad, pero lo cierto es que nadie se atreve a plantearlo abiertamente por el coste político que implicaría tomar medidas de recorte. Por ello, Camps fue extremadamente cuidadoso al aludir a las prestaciones de muerte e hizo hincapié en que, en todo caso, no se tocarán los derechos adquiridos.

La reforma deberá analizar previamente el hecho de la creciente incorporación de la mujer al mercado laboral, lo que provoca que las mujeres «generen derechos sociales, y no sus maridos. Esto modificará el volumen de rentas de los matrimonios mayores y provocará una reflexión del concepto de viudedad», dijo Camps. No obstante, acto seguido, precisó que esta supuesta reforma «no supondrá nunca un recorte de derechos adquiridos». Esto es, no se producirá un recorte de las pensiones de viudedad, si bien la «reflexión» que apunta Camps para la Comisión del Pacto de Toledo sí podría acordar, «si en ello coinciden los grupos parlamentarios y los agentes sociales», una disminución de este tipo de pensiones en mujeres con rentas propias o estipular determinadas incompatibilidades de estas prestaciones con otros ingresos.