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Los diarios «ABC» y «La Razón» y Movimiento contra la Intolerancia recibieron ayer tres paquetes explosivos en sus respectivas sedes madrileñas. Las primeras investigaciones, que descartan la autoría de ETA, indican que los paquetes son de confección casera, sin explosivos ni detonadores, por lo que podría tratarse de artefactos simulados.

En los dos medios de comunicación figuraba el mismo remitente, el preso Juan José Romero Chuliá, un recluso que se suicidó el pasado mes de marzo y que era considerado muy peligroso. En el tercer paquete, dirigido al presidente del Movimiento contra la Intolerancia, Esteban Ibarra, figuraba el nombre de David Jiménez "el mismo remite que apareció en el sobre explosivo que recibió el periodista Jesús María Zuloaga en abril", y en su interior había un mensaje referido a las torturas que sufren los presos en las cárceles. Los tres paquetes, prácticamente idénticos, son de confección casera y constan de un sobre acolchado, con cables, un reloj digital, una pila de petaca y una lata con un líquido en su interior.

Las primeras investigaciones realizadas por expertos en desactivación y análisis de explosivos ponen de manifiesto que los paquetes no contenían elemento alguno que pudiera explosionar, ni tampoco detonadores. Las primeras investigaciones policiales descartan que el envío haya sido obra de ETA, y se estudia si su autoría puede atribuirse a algún grupo de características violentas. En el caso de los dos medios de comunicación, en los paquetes figuraba el nombre de un mismo remitente, el preso Juan José Romero Chuliá, un recluso que se suicidó el pasado mes de marzo y que era considerado muy peligroso por Instituciones Penitenciarias. Este recluso fallecido tenía un largo historial y había participado en varias revueltas carcelarias. En ambos casos, el paquete iba dirigido a redactores de la sección de sucesos del periódico.