Mayor Oreja, que confirmó que ETA fue la autora del atentado.
Añadió que es «pura teoría o especulación» que exista un «comando
Andalucía» de ETA itinerante o estable, y precisó que en el
atentado, cometido en presencia de su mujer e hija, se produjeron
seis disparos, de los que el edil recibió cuatro. Por la mañana, el
Ayuntamiento concedió al concejal la Medalla de Oro de la ciudad y
el PP su insignia de Oro. Las reacciones de repulsa y condena
siguieron a lo largo de esta jornada, entre ellas la del Rey de
España, quien condenó desde Potosí (Bolivia) este asesinato, al que
se refirió como «crimen repugnante», y se unió a los sentimientos
de repulsa y dolor por este atentado contra un edil que figuró en
una lista de objetivos del «comando Andalucía» de ETA.
Por su parte, el obispo de Málaga dijo en la homilía del funeral
que «nos sentimos impotentes ante la dureza de corazón de quien
asesina premeditadamente», y preguntó a los terroristas «cuándo
vais a dejar de causar dolor. Qué buscan matando hombres
inocentes?». Miles de personas abarrotaron la Catedral para dar su
último adiós al concejal, en un emotivo funeral en el que Aznar se
mostró visiblemente afectado, y la ministra de Sanidad y ex
alcaldesa malagueña lloró junto a la viuda del concejal asesinado.
Martín Carpena, que tenía 50 años, carecía de protección policial,
aunque «era un hombre muy meticuloso que cumplía a rajatabla el
reglamento de seguridad que le habían dado», según dirigentes del
PP.
Claveles, rosas y una vela recuerdan al concejal en el lugar en
el que fue asesinado el sábado, a la salida de su vivienda junto a
la calle Carril de Gamarra de la capital malagueña, mientras otro
ramo de rosas blancas ocupó el espacio vacío del edil en el salón
de plenos durante un pleno extraordinario de repulsa al
atentado.
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