Familiares de J.M.Korta y oficiales del Ejército trasladan los cuerpos de las últimas víctimas de ETA.

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EFE - PAMPLONA ETA siguió ayer con su escalada terrorista y asesinó esta tarde de tres disparos en la nuca al subteniente Francisco Casanova Vicente, cuando el militar, de 46 años, casado y con un hijo de 11 años y una hija de 17, entraba al garaje de su casa, en una zona de chalés adosados de la localidad navarra de Berriozar.

Cuando la víctima entraba a las 15.15 horas con su coche en el garaje de su casa, en la calle Askatasuna (Libertad), dos terroristas se acercaron a él y le dispararon tres veces, matándole fulminantemente. Algunos vecinos explicaron que, al parecer, al menos uno de los terroristas llevaba la cara cubierta y que un coche rojo pudo ser el que utilizaron para la huida. Los terroristas hicieron, según los testigos, cuatro disparos, primero uno y, tras una breve pausa, tres más. Alertados por las detonaciones, su hijo de 11 años, y su mujer, fueron los primeros en llegar junto a la víctima, siempre según los vecinos. Uno de ellos explicó que cuando entró en el garaje pudo ver a su mujer «abrazada a él y destrozada, porque no daba crédito».

Según sus vecinos, el militar del Ejército de Tierra, nacido en Igea (La Rioja), que nunca vestía de uniforme, regresaba de su trabajo, en el Regimiento de Cazadores de Montaña «América» 66 de Aizoain, cerca de la ciudad de Pamplona. El militar era «una buena persona», según sus vecinos. El presidente de Convergencia de Demócratas de Navarra (CDN), Juan Cruz Alli, que conocía personalmente al subteniente, explicó que era «una persona encantadora, muy amable y atenta, muy delicada en el trato; en definitiva, una buena persona, que vivía hacía ya muchos años en Berriozar, donde era muy conocido y estaba muy vinculado a las actividades culturales, sobre todo folclóricas, porque formaba parte de un conjunto de jotas».