El PSOE recibió ayer el apoyo de los grupos parlamentarios, salvo
el PP, a su propuesta de que el Gobierno convoque una reunión con
los portavoces en el Congreso, y reclamó al Ejecutivo que
reconsidere su «falta de disposición inicial» a celebrar este
encuentro por entender que no es «prioritario». El Gobierno explicó
que «lo prioritario es poner el acento en la respuesta que el
Estado de Derecho pueda dar» ante el problema del terrorismo y
agregó que «seguirá estudiando con el PSOE en función de las
circunstancias» esta posibilidad.
Fuentes de Interior negaron que los interlocutores socialistas
fijaran «emplazamiento alguno al Gobierno, ni de horas, ni de
días», y subrayaron que «la conclusión más importante» en la
reunión de ayer fue «la reafirmación de la necesidad de cohesión
entre los dos grandes partidos nacionales para afrontar la ofensiva
terrorista». El ministro de Exteriores, Josep Piqué, afirmó que
sería «deseable» un foro común de diálogo entre todas los partidos,
aunque reconoció que éste es «muy difícil», al tiempo que se mostró
crítico con el PNV y EA, a los que acusó de «romper» los
«mecanismos unitarios» al pactar en Lizarra con «fuerzas cómplices
de ETA».
En consonancia con el Gobierno, el portavoz del PP, Rafael
Hernando, juzgó «positivo» el intento del PSOE de «buscar puntos de
encuentro a través del diálogo», pero declaró que «no tiene ningún
sentido» volver a reunir «a la fenecida Mesa de Madrid» mientras el
PNV y EA no rompan su «pacto de hierro» con EH. El PSOE, inspirador
de esta propuesta, pidió al Gobierno, de mano de su secretario de
Política Autonómica, Juan Fernando López Aguilar, que «puede y debe
reconsiderar» su «falta de disposición inicial» y «dar pasos para
simbolizar que, ante la ofensiva terrorista, las fuerzas
democráticas están unidas como siempre». El PNV, en voz de Iñaki
Anasagasti, expresó su conformismo con el planteamiento del PSOE de
reunir en el Parlamento a todos los grupos para abordar el final
del terrorismo. Anasagasti apostó por «hablar mucho y descalificar
poco» y dijo que el que «no quiere» dialogar es el PP. EA aceptó la
idea de reunir a todos los grupos, según lo manifestado por su
secretario general, Gorka Knorr, quien apuntó que el objetivo debe
ser «sentar a todos los representantes políticos alrededor de una
mesa en la que quede claro la utilización de las vías
exclusivamente políticas y que se respetará la voluntad de la
mayoría». CiU secundó también la iniciativa socialista de convocar
una reunión «preparada» de antemano para extraer «conclusiones
claras», y apeló a la necesidad de «no marginar» al PNV, a pesar de
que su apuesta por Lizarra «salió mal». Desde IU, Julio Anguita se
mostró receptivo a una «reunión multilateral sin condiciones»,
aunque posterior a otras de carácter bilateral entre el Gobierno y
aquellos partidos que condenen la actitud de ETA.
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