El profesor de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), miembro del
Foro de Ermua y ex militante de ETA, Mikel Azurmendi, que fue
víctima de un sabotaje frustrado contra su domicilio de San
Sebastián el pasado martes, dijo ayer que se ve obligado a
abandonar Euskadi por «plantear el diálogo».
Azurmendi, quien descubrió el pasado día 15 un paquete
sospechoso junto a la valla exterior de su domicilio de la capital
guipuzcoana que fue retirado por agentes de la Ertzaintza, explicó
a EFE que próximamente se irá un año a Estados Unidos para trabajar
en un proyecto de investigación, decisión que, según dijo, adoptó
antes de este último ataque. «Me marcho porque en mi facultad
(Filosofía) no se puede vivir y no se puede tener una actividad
crítica mínima ante el saber y el conocimiento», explicó Azurmendi,
quien afirmó que sus compañeros docentes «lo tienen muy difícil si
quieren ejercitar la libertad de cátedra. Y la prueba es que ya han
claudicado muchísimo y muchísimos». «Yo me voy un año para
reflexionar en otro sitio y hacer una investigación, sin que tenga
que estar pensando siempre si se meten conmigo o si me amenazan»,
agregó.
Recordó, en este sentido, que durante la tregua de ETA alguien
dibujó en la Facultad una diana de más de un metro de diámetro con
su nombre, repartieron octavillas en su contra, tacharon el cartel
de su despacho, escribieron la palabra «asesino» en la puerta e
intentaron asaltarlo. Por este motivo, pidió a quienes defienden el
diálogo como solución al problema de la violencia que le digan «con
quién» debe dialogar él para evitar ser objetivo de los violentos.
«Me tengo que ir porque yo sólo he planteado diálogo, que es lo que
he hecho siempre. Al igual que me fui de ETA antes del asesinato de
Carrero Blanco, porque estaba en contra de la violencia y en favor
del diálogo y de hacer un partido basado en las ideas», añadió.
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