La Diada Nacional de Cataluña ha tenido como telón de fondo
reivindicativo la mejora de la financiación autonómica y del
autogobierno, en una jornada en la que los encuentros y
desencuentros de los líderes políticos reunidos en el Parlament han
mostrado el pulso del nuevo curso parlamentario.
La tradicional recepción parlamentaria no contó con el saludo
protocolario del presidente Jordi Pujol con el socialista Pasqual
Maragall "cuando el primero marchaba el segundo llegaba a la
cámara" mientras que la «foto del día» se la adjudicaron Artur Mas
y Josep Antoni Duran, aspirantes a liderar el futuro de CiU. Además
de la cuestión de la financiación, Catalunya celebra su Diada
Nacional del 11 de septiembre (en recuerdo de la caída de Barcelona
ante las tropas de Felipe V en 1714), inmersa en el debate sobre el
futuro liderazgo de CiU y del catalanismo político.
La financiación autonómica ha polarizado buena parte de las
declaraciones efectuadas por los políticos en las ofrendas florales
ante el monumento de Rafael de Casanova, «conseller en cap» de
Barcelona en 1714. El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol,
afirmó tras la ofrenda floral que, pese a que Catalunya se ha
consolidado en muchos aspectos, es necesario lograr «una
financiación justa, porque es un problema importantísimo que
condiciona nuestro futuro».
Por su parte, grupos independentistas se concentraron en el
Fossar de les Moreres, espacio del barrio de la Ribera que
simboliza a las víctimas de los hechos de 1714. La jornada se
desarrolló con normalidad en toda Catalunya, con la excepción del
incidente protagonizado por unos desconocidos que quemaron
madrugada la bandera catalana que ondeaba en el balcón del
Ayuntamiento de Cadaqués (Gerona).
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