Un militar viajó más de 124 kilómetros con un artefacto explosivo
bajo el asiento de su coche sin que éste hiciera explosión. El
hombre se dio cuenta de la presencia del artefacto al notar un
ruido sospechoso, momento en el que comprobó que había una caja
extraña. El artefacto, que estaba cargado de explosivos, fue
desactivado por Técnicos en Explosivos del Cuerpo Nacional de
Policía. Según informó el delegado del Gobierno en Cádiz, las
primeras investigaciones apuntan a ETA como responsable del intento
de atentado.
Esta vez la suerte le ha sonreído a un brigada del Ejército de
Tierra en Chipiona (Cádiz), al no explotar un kilo de cloratita que
tenía bajo uno de los asientos de su coche. El militar, J.M.V.V.,
de 44 años, viajaba desde su domicilio en Sevilla a la localidad
gaditana de Chipiona, donde tiene su residencia de verano. Al
llegar a esta localidad se dio cuenta de un ruido raro en su coche,
según fuentes de la Delegación del Gobierno en Andalucía.
El militar se dio cuenta de que había una caja sospechosa bajo
el asiento de su coche, que la policía comprobó que contenía un
kilo de cloratita. Los técnicos consiguieron desactivar el
artefacto a las dos y media de la tarde sin causar daños
personales. Tan sólo resultaron dañados los cristales de algunos
edificios cercanos, ya que tuvieron que explotar el artefacto en el
interior del coche.
Según manifestó el subdelegado del Gobierno en Cádiz, Miguel
Osuna, las primeras investigaciones apuntan como responsable a ETA.
Osuna destacó la importancia de que cualquier ciudadano, ante la
mínima sospecha, alerte de inmediato a las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad del Estado, y expresó su alegría por que el 90 por ciento
de las llamadas recibidas sean falsas alarmas.
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