Unas 150 personas, entre ciudadanos y representantes de partidos
políticos, se sumaron ayer a la concentración silenciosa convocada
por el Ajuntament de Palma para protestar por el atentado de ETA
que, el pasado lunes, costó la vida en Sevilla al coronel médico
Antonio Muñoz Cariñanos.
En ausencia del alcalde, Joan Fageda, y de la primera teniente
de alcalde, Carme Feliu, el segundo teniente de alcalde, José María
Rodríguez, expresó en nombre de la Corporación que la indignación
es el sentimiento compartido por «cualquier ciudadano que ame la
libertad y crea en la democracia». «ETA tiene harto al pueblo
español y, por supuesto, al pueblo vasco con sus actuaciones»,
señaló Rodríguez, destacando la detención de los autores del
asesinato como un «punto de alegría» porque podría significar la
desarticulación del «comando Andalucía».
El Parlament balear fue también escenario de un acto de repulsa
contra ETA. Los parlamentarios guardaron un minuto de silencio en
memoria del último asesinado por ETA antes del inicio de la primera
sesión del debate sobre el estado de la Comunitat Autònoma.
Maximiliano Morales, presidente del Parlament, pidió a los
diputados y a los asistentes al pleno que guardaran unos momentos
de silencio en recuerdo del militar asesinado antes de la
intervención del presidente Antich.
Los estudiantes y profesores de la Universitat de les Illes
balears (UIB) también mostraron su repulsa contra el último
atentado terrorista con un minuto de silencio delante de los
distintos edificios del campus universitario y en las extensiones
de la UIB en Menorca, Eivissa y Formentara. Según informó el rector
de la UIB, la Conferencia de Rectores de las Universidades
Españolas (CRUE) también invitó a los universitarios a un paro
silencioso.
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