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El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, alertó ayer del «riesgo de presión» a los nacionalismos provocado por la política del Gobierno del PP hacia el PNV y mostró su «máxima comprensión» hacia los nacionalistas vascos asegurando que «está en contra del terrorismo». En este sentido, Pujol señaló que «no sería bueno» que el PNV «dejara de ser una fuerza sustancial» en Euskadi y señaló que en este marco de presión al nacionalismo es donde «tiene sentido la Declaración de Barcelona».

Según Pujol, «todo lo que lleve a la fractura social es malo» y el PNV «puede ayudar a evitarla», por ello apostó para que «todos los que están contra el terrorismo fueran de la mano» y añadió que los nacionalistas vascos «lo están». Las relaciones de CDC y el PNV «siguen siendo positivas», aseguró Pujol, aunque reconoció que «actuamos con mucha discreción porque el tema vasco es muy complicado para todos».

Por ello, Pujol pidió «humildad y no hablar por hablar» para evitar «destruir aquello que puede facilitar la cohesión», lo que, a su entender, «pasa por el PNV y por otros». Según el presidente catalán, todos los que hablan de la situación en el País Vasco se han equivocado y enumeró como ejemplo a UCD, el PSOE y la Iglesia, entre otros. En este ámbito, Pujol también cuestionó la política del presidente del Gobierno, José María Aznar.