El secretario de Estado de Organización Territorial, Gabriel
Elorriaga, no descartó ayer que el Gobierno central negocie con las
Diputaciones vascas sobre la renovación del Concierto Económico al
margen de Vitoria, mientras que IU estudia presentar un recurso de
inconstitucionalidad sobre la prórroga de esta ley. Elorriaga
señaló que la posibilidad de negociar con cada una de las
Diputaciones está abierta «como mal menor», si continúa el bloqueo
de las conversaciones con el Gobierno de Vitoria, y recordó que a
lo largo de la historia y en varias ocasiones hubo acuerdos
diferentes entre el Estado y las provincias de Alava, Guipúzcoa y
Vizcaya. Dijo que la existencia de un Concierto único para toda el
País Vasco «deriva directamente del Estatuto de Guernica, en el que
por primera vez se recoge la posibilidad de que haya uno o varios
acuerdos», lo que sigue siendo la mejor opción, en opinión del
Gobierno.
El coordinador general del IU, Gaspar Llamazares, aseguró que
estudian la posibilidad de recurrir la prórroga del Concierto ante
el Tribunal Constitucional y exigió que se «recupere el diálogo y
la cooperación cuanto antes» entre los dos Ejecutivos. Denunció el
«modelo de patriotismo constitucional entendido como imposición
centralista» que, a su juicio, practica el PP y expresó el apoyo de
IU a la «proporcionada respuesta» del Gobierno vasco a la decisión
del Ejecutivo central de prorrogar el Concierto. Llamazares
reprochó al PP que haya trasladado al ámbito institucional lo que,
en su opinión, es una estrategia de confrontación entre
partidos.
El consejero de Justicia del Gobierno Vasco, Joseba Azkarraga,
acusó al presidente de la Comisión Gestora del PSE-EE, Ramón
Jáuregui, de «crítica oportunista» al Ejecutivo autónomo, «con el
mismo talante centralista y amenazador del PP». El jueves, Jáuregui
consideró «ilegal» la decisión del lehendakari de pagar 240
millones de euros menos de Cupo y estimó que la situación actual en
la negociación es un «conflicto político buscado» desde el Gobierno
Vasco y el PNV, que pretendía «una especie de soberanismo imposible
en materia fiscal y financiera en la UE». Según Azkarraga, «la
crítica oportunista de Jáuregui al Gobierno Vasco contiene el mismo
talante centralista y amenazador del PP» al sugerir una «guerra de
flujos financieros» (la posibilidad de que el Estado retenga dinero
destinado al País Vasco si no se paga todo el Cupo).
El portavoz del PP del País Vasco, Leopoldo Barreda, afirmó que
«un Gobierno que no paga sus impuestos, no puede exigir a los
ciudadanos que paguen los suyos», en referencia a la decisión del
Ejecutivo vasco sobre el Cupo que debe abonar al Estado. Consideró
«patético» que «el mismo Ejecutivo que plantea el conflicto en
torno al Cupo pretenda, al día siguiente, tranquilizar a la
sociedad», en referencia a la llamada a la calma realizada por
Imaz. El presidente del Parlamento vasco, Juan María Atutxa, afirmó
por su parte que si el Gobierno central retira servicios para que
el País Vasco page menos Cupo, el Ejército podría ser uno los
servicios a suprimir. Explicó que «si se retiran servicios
pagaremos menos Cupo, y si no se prestan algunos servicios,
desaparecerán, por ejemplo el Ejército. Yo creo que aquí no
necesitamos Ejército, y ese dinero lo utilizaríamos para otras
cosas, como la educación o la sanidad», explicó.
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