La economía española creció un 2'8 por ciento de media el año
pasado, frente al 4'1 por ciento de 2000, según afirma el Banco de
España en su 'Boletín' de enero. Este crecimiento se apoya en el
consumo de las familias y en el sector construcción, sin embargo no
se aprecian indicios de recuperación de la inversión en bienes de
equipo y la aportación del sector exterior al PIB sigue siendo
negativa. El instituto emisor augura un «modesto» déficit
presupuestario para el presente ejercicio, si el escenario
internacional evoluciona peor de lo esperado, y advierte que las
subidas de precios y salarios pueden lesionar la competitividad de
España a la hora de aprovechar la futura recuperación.
Según los datos publicados ayer por el Banco de España, en el
cuarto trimestre de 2001 el PIB creció un 2'3 por ciento, con lo
que la media anual se sitúa en el 2'8 por ciento, dos décimas por
debajo de la previsión del Gobierno. El crecimiento del último
trimestre del pasado año es inferior en tres décimas a la cifra
publicada por Estadística para el tercero (2'6%), confirmando la
progresiva desaceleración de la economía española «en un contexto
internacional poco propicio». Sin embargo, el instituto emisor
lanza un mensaje de cierto optimismo al afirmar que estos datos
«confirman que la economía española ha seguido avanzando durante el
pasado año, a pesar de la desaceleración de su ritmo de
crecimiento».
El 'Boletín' afirma que la ecomomía española mantuvo en el
cuarto trimestre de 2001 las pautas que han caracterizado su
evolución a lo largo del año, asegurando que ha seguido creando
empleo neto, aunque a un ritmo menor que en los trimestres
anteriores, la tasa de inflación se ha recortado y el déficit del
Estado se fue moderando, de forma que es previsible «que el cierre
del mes de diciembre resulte compatible con el logro del déficit
cero».
En la totalidad del ejercicio, el Banco de España estima que la
demanda interna aumentó por debajo del 3 por ciento, frente al 4'2
por ciento de 2000, y que la demanda exterior contribuyó de forma
negativa al crecimiento del PIB en 0'2 puntos, prácticamente lo
mismo que el año enterior. Consumo e inversión en construcción
fueron las variables que más contribuyeron al crecimiento de la
demanda nacional. En su informe critica que el nuevo modelo de
financiación autonómica no contempla mecanismos de sanción en el
caso de que las comunidades autonómas vulneren el principio de
equilibrio o superávit presupuestario, además de adolecer de una
falta de «definición precisa» de las reglas de coordinación y de un
organismo encargado de supervisión de su cumplimiento.
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