Emilio Botín refuerza desde ayer su control del Santander Central
Hispano, con la dimisión de Angel Corcóstegui como consejero
delegado y su sustitución por el hasta ahora presidente de Banesto,
Alfredo Sáenz. El presidente del SCH aumenta su poder en la cúpula
de la entidad al nombrar a Sáenz vicepresidente segundo, mientras
que su antecesor era el primero. Desde ahora, el vicepresidente
primero, aunque no ejecutivo, será su hermano Jaime Botín,
presidente de Bankinter. El banquero cántabro prepara además su
sucesión con el nombramiento de su hija Ana Patricia para presidir
Banesto.
Este giro ha sido posible por la renuncia, por «motivos
personales», del que ha sido en los últimos tres años el máximo
ejecutivo del SCH, Angel Corcóstegui, cuya salida pone punto y
final a la larga crisis interna abierta en la entidad y elimina los
vestigios del antiguo Central Hispano. La salida de Corcóstegui se
esperaba, pero no en este momento, poco después de que Botín
orquestara en la convención anual de directivos y en la junta de
accionistas del SCH su apoyo al consejero delegado. Pero, como hace
tiempo dijo Botín, «cada día tiene su afán» y ayer el Consejo de
Administración del banco, nombró a Sáenz consejero delegado de la
entidad, en sustitución de Corcóstegui.
A Sáenz le sustituirá en Banesto Ana Patricia Botín, que vuelve
así por la puerta grande a la primera fila del grupo, de cuyo
consejo tuvo que salir pocos días después de la fusión de Santander
y BCH. La mayoría de los analistas creen que la presidencia de
Banesto será la plataforma de Ana Patricia para suceder a su padre
cuando éste, quizá dentro de cinco años, decida jubilarse. Para
lograrlo tendrá que superar el reto de poner a la entidad en el
tercer puesto de la banca española por beneficios (ahora lo ocupa
el Popular), un objetivo que el presidente dejó claro en la
convención de directivos y en la junta. En este momento, Banesto
aporta al grupo el 17 por ciento de su beneficio atribuible.
Desde el verano pasado, cuando Amusátegui abandonó la
copresidencia antes de lo previsto en la fusión, se consideraba
inevitable la marcha de Corcóstegui. Según algunas fuentes, su
salida sería el último episodio de la crisis entre los dos equipos
que se ha saldado con la asunción por parte de la familia Botín del
control total. Para otras, el hasta ahora consejero delegado habría
decidido irse por las dificultades que plantea trabajar con Botín.
El nuevo reparto de competencias deja claro que Botín asume
oficialmente más poder del que tenía hasta ahora. Así, el nuevo
consejero delegado será sólo vicepresidente segundo, en lugar de
primero como su antecesor.
De esta forma, Sáenz, tendrá, según los expertos, una pérdida de
poder. Los analistan minimizan la importancia de la bajada de las
acciones de la entidad ayer en Bolsa al conocer los cambios. «Ha
sido una sorpresa relativa y muy asumible», aseguran. Desde este
momento, tres de los cinco primeros bancos españoles por activos
tienen al frente de sus consejos de administración a un miembro de
la familia Botín, que a partir de ayer suma una nueva entidad,
Banesto, a las presidencias que ya ostentaban en el SCH y en
Bankinter.
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