ETA intentó asesinar ayer, con un carrito de la compra en el que
habían sido introducidos entre veinte y treinta kilos de dinamita,
a Esther Cabezudo, concejala del PSE-EE en el municipio vizcaíno de
Portugalete, y a su escolta, que sufrieron heridas que no revisten
gravedad. Este atentado se produce una semana después del
registrado en Sestao y en el que resultó herido de gravedad el
dirigente de las Juventudes Socialistas de Euskadi Eduardo Madina,
que perdió una pierna al explotar una bomba que los terroristas
habían colocado en los bajos de su coche.
La explosión se registró a las 9.10 horas en la céntrica calle
Casilda Iturrizar, conocida popularmente como la «Cuesta de las
maderas», y la explosión se oyó también en la margen opuesta de la
ría de Bilbao, en el municipio de Getxo. La explosión, de gran
potencia, ocasionó cuantiosos daños materiales en el edificio en el
que se registró, un bloque de viviendas de cinco plantas, así como
en los inmuebles cercanos, en locales comerciales y en numerosos
vehículos.
La concejala y el escolta fueron trasladados al hospital de San
Eloy de Barakaldo donde fueron atendidos de las heridas que tenían
y trasladados a primera hora de la tarde a planta, donde
permanecerán en observación hasta hoy. Según este informe médico,
Esther Cabezudo, de 56 años, presenta múltiples heridas por
metralla, estallido timpánico del oído derecho y un cuadro
vertiginoso secundario que, posiblemente, haya sido ocasionado por
el efecto de la onda expansiva. Su estado es leve, salvo
complicaciones. El escolta Iñaki Torres, de 30 años, presenta
múltiples heridas por metralla en extremidades y tórax, estallido
timpánico del oído derecho y una herida incisa en la parte superior
de la ceja. Su pronóstico es menos grave.
Las otras ocho personas que resultaron afectadas por la
explosión, entre ellas una mujer embarazada, fueron dados de alta
poco después o no precisaron hospitalización por sufrir sólo
pequeños cortes o ataques de nervios. El artefacto estaba compuesto
por entre veinte y treinta kilos de dinamita, probablemente de la
marca Titadyne, de la robada por ETA en Francia. Según confirmaron
fuentes del Departamento de Interior del Gobierno vasco, el
artefacto fue accionado, según las primeras investigaciones, por un
radio-mando al paso de la concejala. El hecho de que Cabezudo y su
escolta transitaran por la acera contraria a la se encontraba el
artefacto, además de que la bomba estaba mal orientada, lo que
dirigió la onda expansiva hacia las viviendas, pudo salvar la vida
a ambos.
Estas primeras investigaciones hacen sospechar a la Ertzaintza
que los autores del atentado son los componentes del nuevo 'comando
Vizcaya' de ETA, que es actualmente el más activo de la banda
terrorista. ETA, que ayer empleó por primera vez un carro de la
compra para esconder una bomba, ha utilizado en otras ocasiones
métodos y lugares no habituales para cometer atentados, colocando
artefactos en bicicletas, motos, mochilas, maletas, farolas o
ascensores.
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