El ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, aseguró ayer que
las informaciones sobre las inexistentes reuniones de Felipe
González en Marruecos con Abderramán Yusufi y Mohamed VI surgieron
de fuentes que «no eran españolas». Pique descartó la participación
del CESID porque el Ejecutivo «no espía a los ex presidentes del
Gobierno», y aseguró que no va a cesar al embajador español en
Marruecos, Fernando Arias-Salgado. Mientras tanto, continúa el
enfrentamiento dialéctico entre los ministros implicados y el
presidente del PSOE, Manuel Chaves, que aumentó la responsabilidad
al presidente del Gobierno, José María Aznar, sin cuya
«autorización y participación» no se podría haber urdido la trama.
«El origen de la información no era español», dijo Piqué en
Barcelona, donde presentó la cumbre europea que se celebrará en la
Ciudad Condal. Además, aseguró que «miente» quien diga «que el
Gobierno espía a los ex presidentes del Gobierno», rechazando así
la participación en la polémica del CESID, tal y como apuntó el
diario que dirige el propio Yusufi, 'Al Ittihad Al Ichtiraki'.
Piqué también aseguró que «no hay motivo para proceder al relevo
del embajador español en Marruecos», pese a que en una entrevista
que publicó 'La Razón' el domingo aseguró que, «visto lo sucedido»,
tendría que pensarlo. El otro ministro que inculpa el PSOE en el
escándalo, Pío Cabanillas, también se refirió al asunto. Rechazó
que esté pensando en dimitir y dijo que el Gobierno, «cuando comete
un error, rectifica». «Esto es algo que quizá no es trasladable a
muchos de los que están analizando estas críticas», aseguró, en
referencia a «los insultos» que lanzó a los dos ministros el
presidente del PSOE, Manuel Chaves («son auténtica basura», dijo de
ellos).
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