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El ministro portavoz del Gobierno afirmó ayer ante el Pleno del Congreso que si de él dependiera el PSOE, y concretamente, el secretario de Organización de los socialistas, José Blanco, saldría más en los informativos de TVE, porque tal situación ayudaría al Partido Popular a ganar más votos. «No soy responsable de las veces que ustedes salen en televisión y menos de lo que dicen "afirmó". Ustedes no tienen nada que decir, por mucho que aparezcan, y si de mí dependieran, saldrían mucho más porque eso es garantía de futuro para nosotros». Cabanillas afirmó que no ha tenido ninguna relación con las falsas informaciones publicadas en torno al viaje de Felipe González a Marruecos, ni con la suspensión de la entrevista de TVE prevista con Javier Solana, ni con la línea editorial de los informativos de RTVE.

Acusando al PSOE de lanzar «falsas imputaciones», Cabanillas resistió esta tarde la estrategia socialista de dedicar todas las preguntas de la sesión parlamentaria de control a «don Pío», como así le llamaron repetidas veces. El secretario de Organización del PSOE, José Blanco, cerró la ofensiva recomendando al ministro que dimitiera por «higiene democrática». El enfrentamiento dialéctico de Cabanillas con ocho diputados socialistas, que duró casi tres cuartos de hora y que estuvo constantemente salpicado de murmullos y algún que otro insulto procedentes de ambos grupos mayoritarios, fue seguido en el hemiciclo por los dos vicepresidentes del Gobierno, Mariano Rajoy y Rodrigo Rato, y seis ministros, un auditorio inusual en las sesiones parlamentarias de control de la Cámara Baja.

Abrió el fuego el portavoz adjunto de Justicia del Grupo Socialista, Julio Villarubia, quien aseguró que el Gobierno del PP «censura, controla y manipula» la información en RTVE y «persigue al discrepante». Cabanillas replicó que esas imputaciones son «falsas» y argumentó que, cuando estuvo al frente de RTVE, ya respondió 29 veces a pregunta sobre los informativos del Ente Público y su sucesor, Javier González Ferrari, ya lo ha hecho en otras veinte ocasiones. A su juicio, el problema es que el PSOE está «neutralizado» en RTVE por «sus propias contradicciones».

A continuación intervino Soledad Pérez Domínguez, quien se refirió a la anulación de la entrevista de Solana prevista para el pasado viernes, acusando a Pío Cabanillas de llamar a González Ferrari para imponerle la suspensión del desayuno con el reponsable de la Política Exterior de la UE y sustituirlo por una entrevista con el propio Portavoz. Cabanillas respondió negando esa versión de los hechos, aunque admitió que la diputada había sido «brillante falseando la realidad». Insistió en que el problema de si el PSOE sale o no en TVE no es de tiempos, sino «de falta de criterios para trasladar a los españoles».