En el Museo del Nacionalismo Vasco de la localidad vizcaína de
Artea, donde presentó la obra «Aberri Eguna: 70 años de fiesta y
reivindicación», que él mismo prologa, Arzalluz matizó que los
socialistas tomaron parte en esta celebración hasta el año 1980 por
un «sentimiento antifranquista, más que por un sentir
nacionalista». Destacó, sin embargo, que «también anduvieron todos
ellos (en referencia a socialistas y comunistas) con la
autodeterminación por delante años después de morir Franco, pese a
que es una palabra que hoy persiguen». «En tiempos de Franco, ellos
venían al Aberri Eguna y nosotros íbamos al 1 de mayo, de forma que
ambas fiestas tenían un contenido antifranquista y, por eso, eran
compartidas».
El dirigente nacionalista recordó que la fiesta de la patria
vasca surgió un domingo de resurrección de hace 70 años cuando, a
imitación del movimiento irlandés y en un intento de promover una
resurrección política del sentir nacionalista, se organizó una
manifestación en Bilbao que acabó en la casa natal de la familia
Arana, en homenaje a su legado. Mientras, las palabras del
presidente del PNV, Xabier Arzalluz, en las que exponía su
intención de pedirle «sin insultos» a ETA que cambie su «forma de
interpretar la política y de hacerla», han tenido una respuesta
clara desde el PP y el PSE.
El nuevo secretario general de los socialistas vascos, Patxi
López, cree que las palabras de Arzalluz resultan un «desprecio
sangrante» a todos los demó cratas vascos y son, en su opinión, un
indicio de la «falta de voluntad» del PNV para lograr la unidad de
los partidos para acabar con ETA. En la misma línea, el presidente
del PP vasco, Carlos Iturgaiz, acusó al líder del PNV de alinearse
con los terroristas interpretando «el tiro en la nuca» como una
forma de hacer política. El líder de los socialistas vascos Patxi
López firmó que parece que los nacionalistas no se han enterado de
que a ETA «no hay que pedirle nada, sino que hay que hacerla
desaparecer por la acción policial, por el entendimiento entre el
Gobierno vasco y el Gobierno central y por la acción conjunta de
todos los partidos democráticos».
Según López, las palabras de Arzalluz son un «indicio» de la
«falta de voluntad» de los nacionalistas para promover políticas de
unidad democrática contra el terrorismo y pronosticó que con estas
manifestaciones será «muy difícil» conseguir «una unidad
democrática». En el mismo sentido, el líder del PP vasco, Carlos
Iturgaiz, acusó a Arzalluz de «alinearse con ETA» al pensar que «el
tiro en la nuca y la bomba lapa son una forma de hacer política en
el País Vasco». En su opinión, el dirigente nacionalista intenta
«dignificar la acción de los terroristas y darles aliento» con
declaraciones tan desacertadas.
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