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El Gobierno aseguró ayer que el PSOE se mostró conforme con el borrador de la nueva ley de partidos antes de que lo tramitara el Consejo de Ministros, pero José Luis Rodríguez Zapatero afirmó que su partido conoció el texto por la prensa, aún no ha formulado sus propuestas y tiene ideas para mejorar la norma. El líder del PSOE confió en que el Gobierno y el PP escuchen las propuestas socialistas sobre la revisión de la ley y «reflexionen, con sosiego», con el fin de mejorar el texto, y recordó que el pacto antiterrorista exige «concertación» entre el Ejecutivo y la oposición antes de desarrollar «cualquier reforma legislativa» en este terreno.

En este sentido, calificó de sorprendente que Aznar considere el texto inamovible cuando aún no se ha pronunciado el Poder Judicial. Zapatero explicó que, en marzo, el Gobierno les entregó su borrador, «supongo que para que el PSOE tuviera un primer elemento de formación de opinión», pero, de los puntos concretos de la propuesta del Ejecutivo, tuvieron primero conocimiento por la prensa, y advirtió de que «nadie» va a imponer al Partido Socialista la posición que debe defender ante esta norma.

El ministro portavoz del Gobierno, Pío Cabanillas, aseguró en cambio que Zapatero demuestra «incoherencia» con lo acordado inicialmente por los socialistas para reformar la ley y recalcó que el Ejecutivo mantendrá puntos que ya había pactado previamente con el PSOE, en alusión a las opiniones sobre quién puede iniciar el procedimiento de ilegalización de un partido. También el vicepresidente primero y ministro del Interior, Mariano Rajoy, pidió al PSOE y a su secretario general que «hablen con una sola voz» sobre la nueva ley de partidos y actúen «con coherencia», como a su juicio hacen el Gobierno y el PP.

En el País Vasco, el presidente del Grupo Popular en el Parlamento autonómico, Jaime Mayor Oreja, descartó que el debate sobre quién puede tomar la iniciativa para ilegalizar un partido pueda «abrir fisuras profundas en el seno del Pacto Antiterrorista» y afirmó que no le sorprende la actitud del PSOE, porque en el seno de este partido «hay posiciones diversas». Por su parte, el secretario general de los socialistas vascos, Patxi López, criticó el «autoritarismo» del PP al no aceptar modificaciones al anteproyecto de reforma de la ley de partidos y «dar por cerrada una negociación que no ha existido», ya que, según aseguró, el PSOE no mostró su acuerdo con la propuesta presentada por PP.

Mientras tanto, Unidad Alavesa pidió a PP y PSE que aparquen sus diferencias y se pongan de acuerdo para aprobar una ley que permita la ilegalización de Batasuna. Desde Catalunya, el líder del PSC, Pasqual Maragall, apoyó las tesis de sus compañeros socialistas del País Vasco y aseguró que deben ser el Gobierno, el Congreso y «sobre todo los partidos vascos» los que se pronuncien sobre su contenido. Fuentes del PSC confirmaron que Pujol y Maragall abordaron la reforma de la ley y ayer mismo la diputada socialista Carme Chacón, que forma parte de la Comisión de Seguimiento del Pacto Antiterrorista, afirmó que compañeros de su partido le confirmaron este extremo.