El Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal consideró ayer
injustas y desproporcionadas las críticas vertidas por el Gobierno
y los principales partidos políticos contra los obispos vascos, y
subrayó que en la pastoral de los prelados «hay una clara, y
terminante condena del terrorismo».
En su comunicado, hecho público «después de una ponderada
deliberación», la Conferencia Episcopal recordó que en la pastoral
de los obispos vascos «se proclama el compromiso de la Iglesia en
la defensa, acompañamiento y protección de los amenazados y de las
víctimas, así como su apuesta inequívoca por la eliminación del
terrorismo».
«No es justo afirmar que en el citado documento se opta por un
partido político determinado», dice la nota, en la que el Comité
Ejecutivo de la Conferencia destaca que «la libertad de información
y de opinión no autoriza a ninguna instancia social a desfigurar el
sentido del documento, omitiendo partes esenciales o haciéndole
decir lo que realmente no dice».
Las primeras críticas contra la Conferencia Episcopal las
pronunció el secretario general del Partido Popular, Javier Arenas,
quien aseguró que la cúpula de la Iglesia se ha limitado a hacer
una «defensa corporativista» sin entrar a valorar en profundidad el
problema.
El cardenal y arzobispo de Barcelona Ricard Maria Carles, afirmó
«que un presidente de Gobierno no puede llamar inmorales a los
obispos». Carles recordó que los obispos «han tenido mucha
paciencia» y agregó que «también los obispos han podido
pronunciarse sobre la moralidad de ciertas leyes que precisamente
hacen los políticos».
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