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La banda terrorista ETA ha llegado a amenazar de muerte a familiares directos de empresarios vascos que se han negado a pagar el impuesto revolucionario, pese a las múltiples misivas que habían ido recibiendo de la organización terrorista, informaron en fuentes de los afectados. Según estas fuentes, la extorsión a la que somete ETA a los empresarios y otros colectivos del País Vasco, ha registrado una nueva versión en el caso de algunos industriales que durante años se han negado a pagar el impuesto revolucionario.

La organización terrorista, para intimidar a estos empresarios que en muchos casos ni siquiera habían informado a sus familias de que recibían cartas de ETA, ha optado por enviar las misivas a familiares directos, amenazándoles directamente de muerte si no se producen los pagos solicitados.

ETA ha intentado varias técnicas para cobrar la extorsión a los empresarios y también ha ampliado el espectro de las empresas, incluyendo en sus demandas a empresas más pequeñas y profesionales liberales. De hecho, ya hace más de un año recurrió a inscribir los nombres y direcciones completas de familiares de empresarios en los remites de las cartas que enviaba a los extorsionados, con el fin de presionarles más, dejando claro que conocían, por ejemplo, donde se encontraba su hijo, su padre o sus tíos.

Ahora, los etarras dan una vuelta de tuerca más a sus técnicas y, además de enviar las cartas a los familiares, les amenazan de muerte intentando con ello amedrantarles para que a su vez presionen al empresario y conseguir que éste pague. En el abanico de peticiones han incluido, además de a los grandes empresarios, a otras empresas más pequeñas, y a profesionales liberales como médicos, ingenieros o abogados. A estos les ha llegado a exigir el pago de entre 30.000 y 60.000 euros, entre 5 y 10 millones de pesetas, en función del volumen de actividad que los etarras suponen que tienen los destinatarios.