El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, se
declaró ayer partidario de expulsar a los inmigrantes
indocumentados que se encuentran encerrados en la Universidad Pablo
de Olavide de Sevilla «siempre que se les pueda identificar».
Mientras, el delegado del Gobierno en Sevilla, Javier Torres
Hurtado, manifestó su sospecha de que el encierro está organizado
por alguien de la Universidad. Rajoy insistió en que el Gobierno no
intervendrá si la rectora no se lo pide.
Zapatero cree que la mejor solución para el conflicto creado
tras el encierro de 400 inmigrantes magrebíes y subsaharianos en la
UPO como medida de presión para que les den papeles y trabajo es
aplicar la Ley de Extranjería y expulsar a los que es puede
identificar y saber de dónde proceden.
Zapatero prometió «un gran pacto de Estado» en materia de
inmigración cuando llegue al poder que incluiría a las comunidades
autónomas, empresarios, sindicatos y oposición. Este acuerdo
incluiría una reforma de la Ley de Extranjería «siempre que haya un
gran consenso».
Una visión diferente tiene el delegado del Gobierno en
Andalucía, José Torres Hurtado, que se mostró convencido de que el
encierro está organizado por alguien de la Universidad Pablo de
Olavide, aunque subrayó que no le consta que sea la rectora,
Rosario Valpuesta, con quien viene manteniendo intensos contactos
en los últimos días. «A los inmigrantes se les dijo dónde estaba la
universidad, cómo se llega al campus y además fueron recibidos allí
y los ubicaron en un sitio concreto. Está claro que tiene que haber
alguien de la propia universidad detrás de la organización del
encierro», argumentó.
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