El PP 'castigó ' ayer a CiU su postura ante la huelga general del
20-J sumando sus votos a los tres partidos de izquierda en el
Parlamento catalán, haciendo perder a CiU seis votaciones
consecutivas en plena crisis de las relaciones entre ambas
formaciones.
Las iniciativas a debate, presentadas por todos los grupos de la
oposición, reclamaban la reforma del sistema de elección de los
integrantes de los consells comarcals, lo que llevaría a los
convergentes a perder una quincena de las presidencias con las que
cuenta y más de 80 consellers en estos organismos supramunicipales,
que pasarían mayoritariamente a manos de las formaciones de
izquierda.
A pesar del contenido casi idéntico de las diversas
proposiciones, que fueron debatidas conjuntamente, la votación se
realizó por separado, con lo que la oposición quería evidenciar la
débil situación parlamentaria de CiU y repetir hasta en seis
ocasiones la minoría de los nacionalistas en el marcador. Tras
perder las votaciones el secretario general adjunto de CiU, Pere
Macias, y el portavoz del grupo parlamentario, Ramon Camp, se
apresuraron a comparecer ante la prensa para denunciar el «triste
espectáculo» y «gravísimo atentado contra el reequilibrio
territorial de Catalunya».
El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, empleó ayer el
lema «no nos moverán», utilizado por los movimientos sociales de
los años 60 y en la lucha contra el franquismo, para advertir al
PPC que CiU «se mantendrá fiel a sus principios», y que asume el
riesgo de una ruptura que, en cualquier caso, «no desea».
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