Fidalgo y Méndez durante la rueda de prensa en la que explicaron la estrategia de ambos sindicatos.

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Los secretarios generales de CCOO y UGT, José María Fidalgo y Cándido Méndez, anunciaron ayer que, si el presidente del Gobierno, José María Aznar, no les recibe, se reunirán con los partidos políticos y prepararán movilizaciones durante el verano para que el Gobierno retire la reforma del paro. Fidalgo y Méndez eludieron dar detalles sobre las nuevas movilizaciones, que se desarrollarán en los meses de julio, agosto y septiembre, aunque destacaron que no «tienen en la cabeza» convocar una nueva huelga general, tras la del pasado 20 de junio.

Las reuniones con los partidos políticos se celebrarán entre los días 8 y 13 de julio, según los dirigentes sindicales, que quieren entrevistarse con los líderes del PP, PSOE, IU y CiU. Según Méndez, si Aznar no les recibe el «escenario alternativo» de movilizaciones comenzaría el 15 y 16 de julio en Madrid, donde se celebra el debate del Estado de la Nación en el Congreso de los Diputados. Además, durante los meses de julio y agosto esa estrategia sindical común se basaría en «movilizaciones descentralizadas» que se irán conociendo con el tiempo, apuntó el secretario general de UGT, sin precisar más detalles.

Por otra parte, el coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, aseguró que ya ha acordado una reunión con el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, para preparar el debate sobre el estado de la nación y la posibilidad de presentar una moción de censura al Gobierno. Gaspar Llamazares explicó la actitud del Gobierno ante la huelga general «intentando hacer invisibles a los trabajadores», y ante la carta de los sindicatos «demuestra que estamos ante un gobierno sordo y ciego ante el clamor social en favor del bienestar social».

Ante esta situación, los partidos de izquierdas deben unirse ya que «no vale apuntarse sólo al desgaste del Gobierno, hay que recoger todas las demandas de los trabajadores en un programa político y llevarlas al Parlamento; hay que convertir la censura social en censura política», indicó.