El islote de Perejil, en una fotografía de archivo tomada desde el mar.

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EFE/OTR-MADRID El vicepresidente primero del Gobierno, Mariano Rajoy, emplazó ayer a Marruecos a que aclare «a dónde quiere llevar sus relaciones con España» tras la «ocupación» del islote de Perejil, porque constituye un «acto inamistoso» e «incompatible» con el tratado de cooperación bilateral de 1991, lo que supone la ruptura del tratado de paz entre ambos países.

En la conferencia de prensa posterior al Consejo de Ministros, Rajoy explicó que el Gobierno ha observado también movimientos militares marroquíes en una de las islas Chafarinas, ante lo que ha adoptado «todas las medidas necesarias», entre ellas el «reforzamiento de las dotaciones militares permanentes» en todos los territorios de soberanía española existentes en la zona. En concreto, nueve barcos, dos submarinos, ocho helicópteros vigilan los enclaves españoles en Marruecos.

El vicepresidente primero y portavoz del Gobierno consideró «incomprensible» la ocupación de la isla de Perejil desde el punto de vista de los usos internacionales y recordó que son más de 200.000 los marroquíes que viven en España y más 1'5 millones los que recorren cada verano todo el territorio español para pasar las vacaciones en su patria. Además, advirtió de que España es el segundo socio comercial de Marruecos y de que este país es el primer destinatario de las ayudas de cooperación españolas, por lo que, tras el incidente del islote de Perejil, el Gobierno se pregunta, y pregunta al Ejecutivo marroquí, a dónde quiere llevar sus relaciones con España.

Rajoy recalcó que la ocupación supone una «ruptura unilateral» del «statu quo» mantenido hasta ahora, que ya data «de hace 40 años» y que se basa en un acuerdo alcanzado entre España y Marruecos, por el que ambos países se comprometían a no establecer en el islote «dotaciones militares permanentes», solución que fue aceptada de manera pacífica por ambas partes. Ello explica que el islote no fuera incluido en el estatuto de autonomía de Ceuta, ya que, según indicó, «hubo unas conversaciones con Marruecos en este sentido y, como el 'statu quo' era el que existía en este momento y lo que se acordó fue mantenerlo en el futuro, no se incluyó».