El vicepresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, reiteró ayer la
disposición del Ejecutivo a dialogar con el PNV en materia de
transferencias pendientes, si bien insistió en que «hablar no
quiere decir hacer lo que dice uno», puesto que en este asunto ha
advertido algunas posturas «maximalistas».
Sobre las declaraciones del portavoz abertzale, Arnaldo Otegui,
que dijo dejarían de apoyar al Gobierno vasco si apoya el estatuto,
Rajoy señaló lo que ha constatado hasta ahora es el apoyo de
Batasuna al Ejecutivo vasco en la aprobación del dictamen de
autogobierno en el Parlamento autónomo. El vicepresidente primero
está convencido de que hay un «evidente» acuerdo entre el PNV y
Batasuna. Lo que no tiene tan claro, aunque insinúa, es un posible
pacto entre el partido nacionalista y la banda terrorista ETA, como
ya sucedió en Estella. El dictamen de autogobierno es el detonante
de una situación que no desembocará en la suspensión del Estatuto
vasco, algo que no se ha planteado el Gobierno, a pesar del
ultimátum para las transferencias que también rechaza el secretario
general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero. El Gobierno vasco
cree que se ha tergiversado el polémico documento de
autogobierno.
El vicepresidente y portavoz del Gobierno insistió en que este
documento «no está, ni mucho menos, en el espíritu de la
Constitución ni estatutario», ni sigue el «sentido común ni lo que
quiere la mayoría» «A partir de ahí -añadió Rajoy-, ya me gustaría
que el PNV volviese a donde estuvo en el año 1980, apoyando el
Estatuto de autonomía del País Vasco».
El vicepresidente reiteró que el estatuto vasco ha supuesto el
«mayor nivel de autogobierno que el País Vasco ha tenido nunca
ejerciendo competencias» en lo que consideró «grandes temas
fundamentales» como hacienda, policía, sanidad o educación.
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