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El presidente del Gobierno, José María Aznar, trazó ayer un panorama de avances en sus siete años al frente del Ejecutivo, subrayó logros que han hecho sentir al terrorismo «las consecuencias de su fracaso» y rechazó intentos nacionalistas de «usurpar» la soberanía nacional.

En su intervención, adelantó que ésta es una legislatura de reformas «hasta el último día» y, para el futuro, instó a tres tareas esenciales: afianzar la estabilidad del sistema institucional, abundar en las bases de prosperidad y consolidar la posición internacional de España.

En su defensa de la Constitución y el Estado autonómico, hizo hincapié en la necesidad de mantener el consenso en torno a ellos, porque «nadie puede pretender reformar por su cuenta lo que -dijo- hemos construido entre todos».

Aznar subrayó que su Gobierno ha llevado a cabo un proyecto fundamentado en la lucha contra el terrorismo, la modernización económica y de los servicios públicos, el desarrollo del Estado autonómico, la cohesión social y la integración europea.

Se detuvo especialmente en la lucha antiterrorista, sobre la que dijo que «el terrorismo está sintiendo las consecuencias de su fracaso». «Ni las mentes más embrutecidas de los terroristas pueden esperar ya la derrota el Estado democrático», aseguró Aznar.