Una de las cajas negras del Yakovlev-42, que sufrió un accidente en
Turquía, y en el que fallecieron 62 militares españoles revela
algunas irregularidades cometidas por la tripulación en su último
vuelo, entre el aeropuerto de Manás (Kirguizistán) y Trebisonda
(Turquía), donde tuvo lugar el siniestro, según El Periódico de
Aragón.
El avión volaba con más carga y más combustible del permitido
por ello la velocidad media fue menor de la prevista. La sobrecarga
en cualquier avión constituye un riesgo importante para el
pasaje.
El avión despegó con 59.290 kilogramos de carga, a pesar de que
su peso máximo permitido era de 57.500. Además, frente a las 17,2
toneladas de combustible que según declaraciones del secretario
general de Política de Defensa, Javier Jiménez-Ugarte, llevaba el
Yakovlev (en virtud del manifiesto de carga firmado por el
comandante Koutsenko), los registros de la caja negra del vuelo
Manás-Trebisonda establecen que el aparato portaba 19 toneladas de
queroseno cuando despegó.
De esta manera, a los 57.490 kilos de carga que portaba el avión
habría que sumar las 1,8 toneladas de combustible extra que
realmente portaba el avión y que aparecen registradas en la única
caja negra que no estaba averiada, la FDR (Flight Data Recorder,
encargada de grabar los parámetros del avión).
La otra caja, la CVR (Cockpit Voice Recorder), que recoge las
conversaciones de cabina durante el viaje estaba averiada, según
subrayaron fuentes oficiales, antes de que el avión se estrellara
contra las montañas.
la explicación a este desajuste entre los datos de Defensa y la
caja negra obedece a una práctica ilegal de los tripulantes: la
manipulación por parte del comandante del manifiesto de carga con
el objetivo de esconder la cantidad real de combustible. El
sobrepeso en cualquier avión constituye una grave infracción de la
normativa aeronáutica y un riesgo evidente para el pasaje.
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