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AGENCIAS-BILBAO
El nuevo presidente de la ejecutiva del PNV, Josu Jon Imaz, apostó ayer, en su primer discurso tras asumir el cargo que ocupó hasta el sábado Xabier Arzalluz, por «fortalecer la relación con los partidos nacionalistas del Estado». Subrayó que «una estrategia común es necesaria para avanzar en el reconocimiento a las naciones del Estado español y el respeto a la voluntad de sus ciudadanos».

Imaz pidió a los 31.000 afiliados del PNV que sean un «ejército de solidaridad activa» con las personas amenazadas por ETA y señaló que el PNV arriesgará por buscar la paz, pero sin ir contra su propia personalidad como partido.

Imaz defendió la construcción de una «nación vasca cívica» compuesta «por los que aquí vivimos» y en la que todos los ciudadanos tengan los mismos derechos políticos y civiles.

También subrayó que la prioridad del partido en los próximos años en Euskadi será la defensa de la propuesta de nuevo estatuto formulada por Ibarretxe. Imaz anunció que el «objetivo claro» del PNV es la construcción de la nación vasca «compuesta por los que aquí vivimos, independientemente» del lugar de nacimiento, en la que todos tienen los mismos derechos civiles y políticos y «en la que todos los ciudadanos son nacionales precisamente por el hecho de ser ciudadanos, como muy bien recoge el lehendakari» en su propuesta.

«Es la nación cívica, la patria abierta e integradora, ni defensiva ni construida frente a nadie, sino solidaria con los demás». Imaz, que comenzó su discurso con una nota del EBB de 1949 que proclama el derecho del pueblo vasco a expresar libremente su voluntad y a que su decisión sea considerada «como la única fuente jurídica de su estatus político», afirmó que «no queremos nuevas fronteras, las hemos sufrido demasiado como para apostar por las fronteras y los estado-nación».