La bolsa española ayer recibió los inesperados resultados
electorales con el retroceso más abultado desde agosto de 2002, del
4,15 por ciento, lo que hundió a su indicador principal, el
Ibex-35, hasta el nivel más bajo desde comienzos del año -7.699,10
puntos-.
En estos comicios, a la sorpresa por la victoria del Partido
Socialista (PSOE) se ha unido la incertidumbre sobre cuál será la
política económica del nuevo gobierno, algo que ha contribuido a
inquietar más a los inversores, muy sensibles a los cambios
repentinos, según los analistas.
La bolsa respondió con la misma contundencia que lo hizo en las
elecciones generales de 1996, cuando se dejó un 5,21 por ciento
después de que el Partido Popular (PP) arrebatara el Gobierno al
PSOE con un margen inferior a lo previsto por los analistas.
Este imprevisto cambio de escenario político y las secuelas de
los atentados del 11-M provocaron que el Ibex-35 se dejara 333,50
puntos y se estableciese en 7.699,10 puntos, mientras que el Indice
General de la Bolsa de Madrid cedió un 4,04 por ciento y el Nuevo
Mercado, el 5,33 por ciento.
Sólo tres valores de la bolsa española consiguieron cerrar con
ganancias y entre los más perjudicados destacaron los grandes
valores, pues Telefónica terminó con un descenso del 4,68 por
ciento, Santander perdió el 4,42 por ciento y BBVA descendió el
5,02 por ciento.
Las compañías energéticas aún resultaron más castigadas, sobre
todo Endesa, que fue el segundo valor que más se dejó, el 6,84 por
ciento, mientras que Unión Fenosa cedió el 5,20 por ciento,
Iberdrola descendió el 3,51 por ciento y Repsol, el 2,00 por
ciento.
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