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El nuevo presidente del Congreso, Manuel Marín, dijo ayer en su primer discurso que «es el momento y la legislatura» de reformar «definitivamente» el reglamento de la Cámara Baja, lo que será -sentenció- su «principal» tarea.

Comenzó su discurso agradeciendo los apoyos recibidos y mostrando su respeto hacia aquellos que no le votaron y mencionó que ésta será la tercera legislatura que un presidente o presidenta de la Cámara anuncia que el reglamento del Congreso será reformado.

Marín aseguró que «se reúnen las condiciones» para esa reforma y dijo que va a necesitar «rescatar los mejores momentos» vividos en el hemiciclo cuando «la voluntad y capacidad negociadora se impusieron siempre a la voluntad y capacidad de instrucción».

Asimismo, afirmó que todos los miembros de la Mesa del Congreso, «exponente de la nueva realidad política» surgida del 14 de marzo, -cuatro del PP, tres del PSOE, uno de CiU y otro de IU- forman parte de su equipo y «ninguno quedará excluido» en las tareas diarias.

Por su parte, el nuevo presidente del Senado, Javier Rojo, apostó por «hacer realidad» la reforma constitucional de la Cámara Alta mediante el «diálogo» y la recuperación del «espíritu de consenso de los constituyentes», fortaleciendo su «carácter territorial» y dando a esta institución un «nuevo peso político».

En su primer discurso como presidente de la Cámara Alta, Javier Rojo manifestó que la circunstancia de que las mayorías del Senado no coincidan con las del Congreso «no debería jugar en detrimento de nuestra capacidad institucional para perfeccionar las leyes».