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El secretario general del PP, Mariano Rajoy, avisó ayer que el presidente del Gobierno y su «método de la sonrisa» pueden terminar convirtiendo a los españoles «en el cachondeo padre», después de «la bofetada» recibida en las negociaciones sobre el algodón, aceite y tabaco en la UE.

En un acto del partido celebrado en Madrid, Rajoy adelantó a los asistentes que iba a proceder a «reflejar hechos objetivos» vinculados con las primeras decisiones adoptadas por el Gobierno de Zapatero y que, a su entender, reflejan «precipitación» e «incertidumbre». Comenzó hablando del regreso de las tropas, algo para lo que «no había urgencia», tampoco «urgencia electoral», ya que el jefe del Ejecutivo había vinculado la retirada de efectivos a que la ONU no impulsara una nueva resolución y tomara el mando en la zona antes del 30 de junio. «No hubo voluntad de dialogar con la comunidad internacional», recalcó, sentenciando que el paso dado por Zapatero responde «a una clave interna».

Asimismo, puso en duda que Zapatero sea capaz de emprender una verdadera «renovación democrática» cuando ha colocado al frente del CNI a un hombre «de partido» y ha designado a un fiscal del Estado «faltando a la verdad» y sin «comparecer» previamente en el Congreso, tal y como aseguraban que harían «en su programa electoral».

«El crédito de España ha sido dañado con esta decisión -adujo-. Y vamos a tener que esforzarnos para recuperarlo en los próximos años».

Tras recordar que el nuevo Gobierno tomó la decisión de ordenar el regreso de tropas sin consultar al «principal» partido de la oposición, avisó de que sacará a colación estos mismos reproches en el pleno que se celebrará en el Congreso el martes.

En este sentido, el PP se ha puesto ya en contacto con partidos de cerca de una veintena de países para explicar su posición sobre la retirada de las tropas y pedir que la decisión del Gobierno socialista no «afecte» a los intereses generales de España.