El Príncipe Felipe y su prometida, doña Letizia Ortiz, acudieron
poco después de las once y media de la mañana a la estación de
Atocha para rendir un homenaje a las víctimas del atentado
terrorista que causó casi doscientos muertos el 11 de marzo, hace
exactamente dos meses. Después visitaron un colegio donde estudian
seis niños que perdieron a sus padres en la masacre.
En las inmediaciones del altar se habían congregado numerosas
personas que acogieron con cariño al Príncipe y a doña Letizia, a
los que aplaudieron y desearon felicidad en su próxima boda. Don
Felipe portaba en sus manos un ramo de flores, y en compañía de su
prometida lo depositó en el improvisado altar en el que siguen
encendidas muchas velas como homenaje a las víctimas.
Don Felipe y su prometida tuvieron ayer un gesto de recuerdo a
las víctimas del 11-M, dos meses después de los trágicos sucesos.
La pareja acudió primero a la estación de Atocha, donde fue
recibida por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza
Aguirre, y por el alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón,
entre otras autoridades.
La comitiva se desplazó después hasta el vestíbulo de Cercanías,
cerca del lugar donde se produjo una de las explosiones
terroristas, y en el que dos meses después de los atentados
permanece instalado una especie de altar que se estableció el mismo
día de la matanza, con velas encendidas y flores en recuerdo de los
fallecidos y los heridos.
Seguidamente, acompañados por Esperanza Aguirre y Alberto
Ruiz-Gallardón, permanecieron unos momentos en silencio orando por
las víctimas. Tras rendir este homenaje a los fallecidos en el
11-M, don Felipe y doña Letizia abandonaron el lugar entre muestras
de afecto y se dirigieron, junto a Esperanza Aguirre, al colegio
'Ciudad de Valencia', en el barrio de Santa Eugenia, donde estudian
seis niños que se han quedado húerfanos.
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