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El ministro del Interior, José Antonio Alonso, explicó ayer que los seis detenidos por la Guardia Civil en Asturias constituían «la trama» encargada de facilitar los explosivos utilizados en los atentados del 11 de marzo. Alonso indicó que la operación fue ordenada por el juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo a raíz de las investigaciones llevadas a cabo después de los atentados y aclaró que «en ningún caso» son consecuencia de intervenciones telefónicas anteriores a los atentados de Madrid.

El ministro, que compareció junto al secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, no quiso aportar más datos sobre la investigación para no entorpecer su desarrollo y se limitó a precisar que uno de los arrestados, Emilio Llano, era el vigilante de la mina «Conchita», por lo que se encargaba de la recepción, el control y el almacenamiento del material explosivo.

Se había informado de que la Guardia Civil consiguió llegar hasta los arrestados a través de las intervenciones telefónicas que les realizaron en enero y febrero de este año, antes de los atentados de marzo. En esas supuestas conversaciones, los detenidos habrían hablado con los terroristas que se suicidaron en Leganés y algunos de los autores materiales de la masacre, actualmente en prisión.

Entre el resto de los arrestados están Carmen Toro Castro y Antonio Toro Castro, esposa y cuñado, respectivamente, de José Emilio Suárez Trahorras el ex minero detenido y único español encarcelado por facilitar los explosivos al comando que voló los trenes de Madrid.

También fueron detenidos Rubén Iglesias, Javier González Díaz e Iván Granados Peña, todos ellos implicados en la trama que entregó los explosivos a los autores de los atentados. El ministro explicó que los seis constituyen «una parte muy importante del conjunto de la investigación policial y judicial» sobre los atentados, investigación que permanece abierta.