Jorge Moragas realizó sus primeras declaraciones en Cuba junto al disidente Oswaldo Payá.

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El Gobierno convocó ayer a la embajadora cubana para que explique la «inaceptable» expulsión de Cuba del diputado del PP Jorge Moragas, un incidente que, según su partido, se debe a la política exterior del Ejecutivo y que tanto el PSOE como IU es consecuencia de una «mala planificación» de Moragas. El Gobierno cubano impidió en la madrugada de ayer la entrada en el país a Moragas, a dos diputados holandeses y a miembros de dos ONGs por «injerencia» y «provocación política», cuando estos se disponían a entrar en la isla para reunirse con dirigentes de la disidencia interna cubana.

Este incidente provocó que el ministro de Exteriores, Miguel Angel Moratinos, diera «un toque de atención» al PP porque, según dijo, «no queremos que las relaciones con Cuba sean una cuestión de política interior», si bien el comportamiento de las autoridades cubanas como «inaceptable». Por ello, su gabinete convocó con carácter urgente a la embajadora de Cuba en España y en la reunión el director general de Iberoamérica le expresó «el rechazo del Gobierno español de que no se le haya permitido el acceso a Cuba y que los miembros de la embajada no hayan podido asistirle».

A su llegada a Madrid, Moragas relató que viajó a La Habana para prestar apoyo y solidaridad «a quienes están sufriendo la represión» y explicó que transmitió esta intención al director general de Iberoamérica del ministerio de Exteriores un día antes de viajar a la isla con un visado turista, y denunció que, ante la negativa de la autoridades cubanas de permitirle la entrada en el país, el embajador español, Carlos Alonso Zaldívar, no acudió en su ayuda. Moragas advirtió al Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero de que está siendo el «pardillo» que el Gobierno cubano pretende utilizar, a través del «chantaje», para intentar cambiar la posición de la Unión Europea con respecto a la isla.

En este sentido, recordó al Gobierno la propuesta del presidente del PP, Mariano Rajoy, de establecer un Pacto de Estado en política exterior si el PSOE reconoce la «necesidad de defender los intereses nacionales» y «la existencia inexcusable de la nación española», un acuerdo que sólo se logrará, a su juicio, si el Ejecutivo se distancia de «sus aliados parlamentarios» que «no creen en España».

Para el presidente del PP, Mariano Rajoy, la expulsión de Cuba de Moragas es «un atropello al conjunto de la ciudadanía española», ya que se trata de «un diputado que representa al pueblo español». «Esta es la constatación de lo que es Cuba, el régimen de Castro, lisa y llanamente una dictadura donde los disidentes no pueden ejercer ninguna actividad política», recalcó.