El conseller en cap, Josep Bargalló (ERC) lamentó la existencia de
«injerencias políticas» con el objetivo de «modificar, presionar e
influir» en la decisión de la FIRS y denunció que «estas
actuaciones son típicas de dictaduras y sociedades democráticas
poco avanzadas». En esta línea se pronunció el presidente del
Parlamento catalán, Ernest Benach, también de ERC.
Las declaraciones de Carod fueron respondidas por la
vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la
Vega, quien confió en que Catalunya seguirá apoyando la candidatura
madrileña, y matizadas por Pasqual Maragall, quien ratificó el
compromiso catalán con Madrid 2012. Maragall se mostró confiado en
que habrá una segunda vuelta para que se reconozca a la selección
catalana.
El comité central de la Federación Internacional de Patinaje
(FIRS) rechazó el jueves en Fresno (California) con una votación
secreta la inclusión de Catalunya y Gibraltar en su seno, decisión
que ERC ha convertido en una guerra contra Madrid.
Asimismo, la portavoz del Gobierno Vasco, Miren Azkarate,
consideró que el Ejecutivo Central constituye «el único
impedimento» para el reconocimiento internacional de las
selecciones y federaciones deportivas catalanas y vascas.
Pero fue Carod-Rovira quien, en nombre de ERC, crispó el debate
al denunciar «presiones y maniobras muy sucias» para tratar de
impedir el reconocimiento de la selección catalana y opinar que
esta forma de actuar evidencia que «Madrid no está capacitada para
organizar los JJOO del 2012».
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