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El presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, aprovecho el día de Sant Jordi para apelar a la «unidad política y cívica» en torno al Estatut y garantizar el «rigor y el diálogo» en su reforma, en un discurso secundado por ERC e ICV pero que matizaron CiU y el PPC.

En alusión a estos gestos, dijo que «es así como Catalunya avanza, con unidad política y cívica, con determinación, rigor y diálogo». «Actuaremos de la misma forma en los grandes temas de país que ahora nos ocupan, en el Estatut y la financiación», añadió. «Estoy convencido de que lo lograremos. Otra cosa no sería entendida ni admitida por el pueblo de Catalunya», sentenció. Mostró su convencimiento de que dentro de un año habrá nuevo Estatut y a la Diada de Sant Jordi como «nuestra fiesta de la primavera» y la del 11 de septiembre como «nuestra fiesta nacional» añadió una nueva fecha: el 15 octubre, cuando se recuerda al ex presidente Lluís Companys, fusilado por el franquismo. Maragall instó a todos los partidos políticos a «definir con precisión los objetivos y actuar con determinación en las formas». El presidente del Parlament, Ernest Benach, reclamó por su parte que tanto en el Congreso como en el Senado se permita el uso del catalán como primer signo de «normalidad» de esta lengua en «todas las instituciones» del Estado.

La tradicional recepción a la clase política y la sociedad civil que el gobierno catalán organiza en Sant Jordi contó este año con una liturgia diferente, simbolizada por el cambio de escenario del Palau de la Generalitat al de Pedralbes. Poco antes de la recepción, que contó con un marcado carácter cívico, Maragall (PSC) hizo una declaración institucional en la que subrayó que Catalunya es «una nación de España y Europa» y destacó la defensa que ha hecho el Gobierno español del catalán y la devolución de los documentos de Salamanca.