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EFE-VIZCAYA
La banda terrorista ETA atentó ayer, con cuatro artefactos de escasa potencia, contra un importante proyecto energético, la central eléctrica de ciclo combinado de Amorebieta (Vizcaya), sin originar daños de importancia.

En el momento de las explosiones, que no afectaron a las instalaciones de la central, los trabajadores de la factoría así como los de una empresa próxima se encontraban en el exterior del recinto tras haber sido desalojados.

La explosión de las cuatro bombas, compuestas por una cantidad escasa de cloratita, tuvo lugar entre las 14:05 y las 14:15 horas, después de que, hacia las 13:30 horas, un comunicante que dijo hablar en nombre de ETA avisara al diario Gara de la existencia de los artefactos.

Según la Ertzaintza, las cuatro bombas estaban situadas en la parte exterior de la valla que delimita la propiedad de la empresa contra la que iba dirigida el atentado, Bizkaia Energía -filial de la empresa pública irlandesa ESB, que comparte la propiedad con la japonesa Osaka Gas- que, tras la explosión, confirmó su intención de seguir adelante con el proyecto. Las mismas fuentes precisaron que algunas de las explosiones originaron «daños inapreciables» mientras que otras causaron «daños escasos» en las vallas.

Varios testigos presenciales, entre ellos el alcalde de Amorebieta, David Latxaga, corroboraron que las explosiones fueron de escasa potencia y alguna de ellas ni siquiera fue escuchada por los desalojados.

Un total de 250 trabajadores y visitantes se encontraban en el interior de la central en el momento en el que la Ertzaintza procedió al desalojo de las instalaciones. Según informó un responsable de la firma propietaria de la central, el desalojo se hizo sin problemas y de acuerdo al plan de evacuación previsto.

Esta central de ciclo combinado, cuya construcción y puesta en funcionamiento es cuestionada por diversos grupos ecologistas, sociales y políticos, se encuentra en periodo de pruebas y tiene previsto empezar a entrar en el mercado en agosto de este año.

Este tipo de centrales llevan el nombre de «ciclo combinado» porque utilizan gas natural y vapor de agua, en turbinas diferentes, en el proceso de producción de electricidad. La central de Boroa supone la mayor inversión, 520 millones de euros, llevada a cabo en Euskadi por una empresa extranjera.