No obstante, instó a ser «muy prudentes» antes las expectativas que
se puedan generar en relación con el fin de ETA y dijo que el
Gobierno sabe que cuenta con la inmensa mayoría de los españoles
para lograr ese objetivo. También subrayó que el Ejecutivo espera
contar con el apoyo de todas las fuerzas políticas.
Al ser preguntado si comparte las apreciaciones recientes del
Fiscal General del Estado, Cándido Conde Pumpido, o del secretario
general de los socialistas vascos, Patxi López, en relación con un
posible fin de la violencia terrorista en España, Zapatero dijo que
ese es el gran deseo «amplísimamente mayoritario» de la sociedad
española y que se sitúa «antes que cualquier otro».
«Ese es un proceso que, a tenor de la dura y dramática historia
que hemos vivido, será largo, difícil y duro», añadió el jefe del
Ejecutivo español, quien subrayó que «el Gobierno trabaja en el
deseo de la sociedad española».
«Si esa eventualidad se produce (en alusión a un posible proceso
para el fin de la banda terrorista), el Gobierno lo hará pensando
en los intereses generales, en los principios democráticos y desde,
por para el Estado de Derecho», reiteró.
Mientras, el Gobierno reiteró ayer que mantendrá la política de
dispersión de presos etarras y que no transferirá al País Vasco las
competencias sobre prisiones como volvió a reclamarle el Ejecutivo
vasco.
Ambas exigencias las planteó el consejero vasco de Justicia,
Joseba Azkárraga, en una reunión con la directora general de
Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, convocada
formalmente para abordar la situación de la cárcel alavesa de
Nanclares de Oca.
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